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Al público tienes que tocarle el corazón, tienes que contarle una historia, que cada público, vea el ballet como un arte y no como un deporte. Patricia Hernández

Patricia Hernández Hernández , primera bailarina del Ballet de Laura Alonso de la Habana, Cuba, está en Matamoros y participa en la puesta en escena de “El Corsario”,  que se presenta este sábado 3 de agosto en una única función en el Teatro de la Reforma y nos dio una entrevista en uno de los ensayos.

Ella y 12 bailarines de primer nivel comparten el escenario con alumnos de escuelas de Danza de nuestra ciudad y son dirigidos por el Primer Bailarín Jonhal Fernández y con coreografía de Eduardo Blanco.

Ella tiene una frase, donde cita que el público  ve a las bailarinas, como una muñeca frágil, a los que nos comenta:

“Aparentamos en el escenario ser muy delicadas, muy sensibles, pero en realidad tenemos que tener una fortaleza muy grande para soportar el dolor, el umbral del dolor de una bailarina es muy grande,  le salen ampollas, le salen uñeros,  sangran los pies, le duelen  los músculos, los huesos, el público no ve el esfuerzo que se hace, tenemos que lucir como si nada sucede, como si todo fuera volátil, etéreo, pero realmente no es así, realmente tenemos que tener mucha fortaleza, más que una persona normal”.

No podemos dejar de preguntar, ¿Cuánto lleva formar el cuerpo de una bailarina?

“Bueno nosotros en Cuba, comenzamos siendo muy chiquitas, yo empecé con 3 años, pero los estudios con alumnos profesionales, inician a los 9 años, se hacen 5 años de nivel elemental, donde se empieza a moldear el cuerpo, los músculos y luego se hace un nivel medio, seria decimo, onceavo y doceavo , estos se hacen en la Escuela Nacional de Ballet, donde es para perfeccionar, al egresar de ahí a los 17-18 años, pasas a ser parte de las compañías de danza de Cuba, como la Compañía nacional de Danza, la Compañía de Laura Alonso, La de Camagüey o las diferentes compañías que existen”.

¿Vale la pena pasar todo esto?

Si, he tenido la fortuna de conocer varios países, es la quinta vez que visito México, Europa , Francia, China, El Salvador, he podido conocer diferentes públicos. Quizás si tuviera una niña, no me gustaría que pasara estos sacrificios, pero si yo volviera a nacer, pediría ser bailarina otra vez. Volvería a pasarlo todo, cuando te paras en un escenario, recibes la ovación, los aplausos es el premio más grande que puedes tener”.

¿Te ves como mamá?

“Cuando las muchachas dan a luz, sufren cambios, pasan tiempo sin sus clases, luego tienen que recuperarse, no para todas es igual, pero si pones empeño creo que puedes bailar hasta que tu cuerpo te lo permita. Si me sueño como mamá, amo los bebes, quiero tener una niña, lo tengo planeado cuando llegue el momento y esté lista para eso. Tener mi bebe, recuperarme y volver al escenario, todo el tiempo que pueda, no es impedimento, es difícil pero no imposible”.

Esta mujer de 29 años y que ha bailado en los escenarios más importantes, nos dice: “Yo lo que pido de esta carrera es la gratitud del público, bailar al público, que este entienda  lo que quiero transmitirle, entiendan que amo mi carrera más allá del virtuosismo que lleva consigo. Al público tienes que tocarle el corazón, tienes que contarle una historia a cada público, que vean el ballet como un arte y no como un deporte”.

“Me gustaría formar una compañía es algo complicado, no es fácil, pero no imposible”.

¿Que sigue para Patricia?

“En Cuba siempre tenemos funciones, casi todos los meses, cuando regrese a Cuba, tengo unos días de vacaciones, luego viene el estreno de El Fantasma de la Opera y Gisel, que es el Ballet de mis sueños, que todavía no he podido bailar”.

Le emociona decir que sus personajes son de El Lago de los Cisnes, Carmen y Don Quijote, porque son fuertes y que ella es temperamental fuerte y cree que tiene algo de ellos.

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